miércoles, junio 25


Compré el libro de Susan Sontag "Ante el dolor de los demás".
Encontré interesantes varias partes del libro, que me sirven, aunque no literalmente, si para reflexionar sobre el papel del espectador ante la guerra.
En una de las primeras páginas del libro, Sontag dice: "La guerra rasga, desgarra. La guerra rompe, destripa. La guerra abrasa. La guerra desmiembra. La guerra arruina."
Cuando leí este párrafo, mi piel se transformó automáticamente en piel de gallina, ó de pollo, ó como sea. Porque tuve un bombardeo instantáneo de imágenes y recuerdos e historias que validaban aquello que Sontag decía. Y pensé que quizá iba a re-demostrar estas palabras mediante las mujeres. No digo que este sea el único objetivo de mi trabajo porque sería incluso muy naíf de mi parte... pero a algo que está tan naturalizado, ¿como no intentar verlo y comprenderlo más real o profundamente?

En el libro, también se habla acerca de una condición que nos caracteriza hoy en día. En nuestros livings o casas, la guerra funciona como telón de fondo. Representa de alguna manera nuestros sonidos y vistas. 
La idea de no ver al sufrimiento ajeno como un estímulo de consumo; si no desde el lugar donde se apela a la reparación y a la "des-cosificación" de las personas.
Una mirada donde el ser afectado pueda perder o intentar perder su estado de "cosificación", el cual la guerra le ha atribuido. Porque en la Guerra se genera un estado de generalización continua que destruye aquello que nos hace individuos y seres humanos.

pasos previos

Mañana filmaré con Paulina. 
Mientras, estos días he venido leyendo algunas cosas y pensando al respecto. Creo que la investigación podría extenderse mucho, aunque se que no debo perder el hilo de lo fundamental. 
Espero que de Colombia lleguen noticias. Por un lado sobre los datos de las mujeres con las cuales voy a trabajar y por el otro, sobre el tema del financiamiento. Me han dicho que el proyecto, el cual re-escribí y les envié a varias organizaciones de mujeres, les había encantado. Les parece una apuesta interesante y sensible...
Son optimistas y creen que va a ser posible conseguir algo de ayuda económica para la producción.
Ya tengo el pasaje a Bogotá. Saldré el 30 de agosto y regresaré el 20 de septiembre... justo antes de que me dejen libre en las demás materias. Debo tener todo muy organizado para esas fechas, evitando perder el tiempo valioso que pase allí. 
Por lo pronto, cuento con un lugar fijo donde me voy a instalar para filmar, las cámaras que usaré y la seguridad del pasaje, además por supuesto de contar con muchas facilidades al ser de allí.

Mi hermana, una fiel colaboradora del proyecto, ha estado reflexionando conjuntamente sobre temas importantes. Ella me escribió esto:

"Cómo para uno, que esta afuera de esa experiencia, que no la ha vivido en carne propia, es tan fácil imaginar que esa experiencia de la violencia ha dejado una marca indeleble en el cuerpo, en la forma de hablar, en los gestos, en algún lugar reconocible. Pero quizá la marca sea a veces la distancia, el desconocimiento de lo que pasa o su significado, porque, ¿cómo darle significado a semejante experiencia?

Tal vez la persona todavía no tiene una relación definida con esos hechos de violencia, y en ese sentido, los hechos de violencia no habrían marcado a la persona de manera cronológica, como algo que paso un día especifico y dejó un resultado con el paso del tiempo, sino como algo vivo, que se transforma. Habría que preguntarse si el proyecto busca ver el trauma de la violencia, es decir, su marca en algún lugar, lo que dejó. O quizá simplemente explorar, junto con ellas, que pasa con esa relación. Es decir, plantearlo como un trabajo de exploración conjunta a través del arte, entre ellas y tu, de esa relación. No se sabe que va a salir. 
De este modo, el proyecto no serias tu mirándolas a ellas en su espacio íntimo a través de esa ventana a su alma, si no más bien, un espacio donde conjuntamente se exploraría de una manera artística lo que para ellas significa. 
Porque quizá sea un poco imposible pensar que ellas van a llegar ahí con su conflicto en la mano y lo van a "mostrar" o eso va a "salir"..."

Creo que es una reflexión sumamente acertada. Porque siempre ha estado allí el vacío de no saber como va a salir "eso" que ha quedado después de la experiencia de cada una, o al menos el no saber como hacerlo salir. Pero no me había detenido demasiado en pensar que de pronto para algunas mujeres, su vivencia no había dejado una marca específica que fuera facilmente recuperable. Ellas mismas deben estar ante una búsqueda continua, ya sea consiente o inconsciente, de aquello que les sucede o les sucedió. Entonces me pregunto aún por donde debo indagar... y al mismo tiempo creo que dependerá de cada experiencia-encuentro-persona.